Culturas Fueguinas

 
DESCRIPCIÓN DE LOS RASGOS BÁSICOS DE LA ETNIA QAWASQAR DESDE UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA HASTA LLEGAR A LOS TIEMPOS ACTUALES.

La interculturalidad es una labor constante que busca construir una comunicación respetuosa y tolerante entre las distintas culturas que comparten el hermoso territorio que en la actualidad es Chile. En esa labor es que se van descubriendo importantes conocimientos, historias, prácticas y valores, entre otros, que tienen las culturas ancestrales o que tuvieron en el pasado, en cuya historia se han ido transformando o desapareciendo.
Además, la interculturalidad, en el ámbito educativo, debe ser capaz de enseñar a los estudiantes, que pueden ser de todas las edades, a valorar las culturas originarias-ancestrales, el aporte que pueden realizar a nuestra cultura, que en la actualidad se encuentra tan alejada de lo natural.
Por lo anterior, es valioso que el sistema educativo dé la oportunidad para que docentes se especialicen en la metodología, estrategia y conocimiento de las culturas originarias, para así intentar generar un cambio amplio en la sociedad chilena.

Medio físico y humano

La etnia qawasqar, históricamente habitó los canales y fiordos australes del actual territorio chileno, es decir, la actual duodécima región de la división territorial de nuestro país, en toda su extensión. Habitaron desde el Golfo de Penas hasta el Estrecho de Magallanes y en el sector sudoeste de la Tierra del Fuego. “Este territorio insular forma un dédalo de canales -navegables casi todos- denominados canales de Patagonia, los que constituyen una vía de tráfico marítimo por aguas tranquilas de unas 300 millas de longitud”1.
En la actualidad, los descendientes de esta etnia ancestral, habitan la Bahía de Puerto Edén, producto de que en 1936, el gobierno de Chile instaló en esa zona una base de la Fuerza Aérea, con objetivos militares destinados a unir Puerto Montt y Punta Arenas. Los qawasqar encontraron en este punto un elemento de protección, ya que los militares les entregaban ropa y alimentos. Por esta razón fueron aglomerándose en esta localidad.
Actualmente, ha habido un importante proceso migratorio desde Puerto Edén hacia Punta Arenas y Puerto Natales, debido a las graves dificultades socioeconómicas que los descendientes qawasqar tenían en esa zona.



Otro de los sitios de permanencia temporal en aquel tiempo -como se dijo anteriormente- era el faro san Pedro, situado en la isla del mismo nombre y, en las últimas décadas, la isla Guarello (más bien las cercanía de la isla), donde se encuentran las instalaciones de la Compañía de Acero del Pacífico (CAP).”2



Con posterioridad a la dictación de la Ley Indígena de 1993, se produjo un conflicto con los descendientes qawasqar debido a que los trasladarían de Puerto Edén a Jetárkte, antiguo lugar de asentamiento. El conflicto radica en que este traslado se basaría en reivindicaciones territoriales que no tienen razón de ser, pues esta etnia nunca tuvo conflictos territoriales dada su condición de nómadas, ni la idea de posesiones territoriales, por tanto, ellos asumen que se les trasladará por sus problemas de alcoholismo que molestan al resto de la población de Puerto Edén.3
Los qawasqar han expresado en 1996, que se oponen al traslado por las siguientes razones:
1. Aislamiento
2. Deterioro de viviendas y enceres (ante posible traslado de actuales casas)
3. Falta de energía eléctrica
4. Pérdida del muelle
5. Terreno poco apropiado

En la actualidad, 1999, el traslado no se presenta como un problema principal de la comunidad kawésqar de Puerto Edén. Los terrenos adquiridos son valorizados por ellos para diferentes usos, aparte de residencia. Los nuevos proyectos impulsados y ejecutados por CONADI regional o en vías de ejecución, muestran una acertada visión del grupo étnico”4.

Medio Humano y Social
El origen del hombre americano data de 33 mil años antes del presente y se han propuesto variadas hipótesis para explicar su arribo a este continente. En el caso preciso del poblamiento de la zona austral del territorio chileno, Lipschütz “sostiene la existencia de realidades fisico-geográficas, migratorias asiático-americanas modernas y antropológicas fueguinas que evidencian la estrecha relación entre el hombre americano y el hombre mondoloide-asiático”5.
Existe evidencia de sitios en la costa norte del Canal de Beagle, en las cercanías de Ushuaia “ocupados por grupos de economía marítima en Túnel y Lancha Packewaia, de una edad de 6.000 y 4.000 años antes del presente, respectivamente”6.

“En el pasado, los fueguinos pertenecían a dos grandes corrientes migratorias que generaron el poblamiento humano del cono sur de Sudamérica. A partir del 11.000 antes del presente, llegaron los cazadores terrestres demarcando su ruta por las áreas orientales de Los Andes; y a partir del 6.000 antes del presente, llegaron canoeros marítimos movilizándose preferentemente por los archipiélagos occidentales del Chile (…) los canoeros marítimos se bifurcaban en kawéskar o alacaluf y yámanas o yaganes, ubicados en los archipiélagos, canales e islas de las costas chilenas del océano Pacífico, desde el Golfo de Penas hasta el Cabo de Hornos”7.

A través del tiempo, la población qawascar ha variado. En 1954, los qawascar son cuantificados e 2 o 3 mil personas, por el aventurero Joseph Emperaire en su libro “Nómades del Mar”. Poco más de tres décadas después el antropólogo Clairis, en 1987, realiza un censo, que por la condición nómade de los qawascar no obtiene datos fieles. Señala que la cantidad asciende a 47 personas de esta etnia.8
El proceso de extinción, que es muy poco conocido por los integrantes de la sociedad chilena, fue un conjunto de eventos muy poco felices, pues las enfermedades y principalmente, el exterminio deliberado por parte de algunos personajes occidentales, iniciaron su acelerada desaparición desde fines del siglo XIX9.
El grupo actual (1996) kawésqar de Puerto Edén está compuesto por doce personas, dos de las cuales son estudiantes y sólo se encuentran en el lugar en el período de vacaciones. El grupo ha tenido aquí su residencia más o menos permanente desde el establecimiento de la base de la Fuerza Aérea en la década del 40. Otra fuente señala que en “la actualidad, la comunidad kawéskar asciende a 101 personas, de las cuales 64 residen en una colonia situada en Punta Arenas, dispersándose las 37 restantes tanto en su propia región como en el resto del país”10.
La reducción de la población en Puerto Edén se ha debido a las pobres condiciones de subsistencia en la zona, habiéndose producido una migración hacia Punta Arenas y Puerto Natales, formándose un grupo de kawésqar urbanos, quienes comercian en artesanía, trabajan como integrantes de cuadrillas de pescadores-recolectores de mariscos o gozan de pensiones por parte del gobierno.

Medio Material
Ancestralmente, los qawasqar utilizaron viviendas muy livianas, absolutamente operativas, acorde a su modo de vida nómade, construidas de varas curvas entrerradas en el suelo, cubiertas por pieles de lobo marino u otro material a fin en la que habitaban y guardaban sus austeras posesiones.
Así lo detalla, Grebe a continuación:
Debido a su continua movilidad nomádica, la familia requiere una extrema simplificación de posesiones materiales. Dichas posesiones se reducen a: (a) una choza liviana de base ovalada, cubierta de pieles, cortezas y follajes, de rápido y sencillo montaje y desmontaje; 8B9 una canoa manufacturada con cortezas de coihue, único medio vital de transporte; (c) utensilios de pesca, caza y recolección de alimentos, consistentes en arpones, dardos, trampas, hondas, arco y flecha, canastos trenzados, bastones, garrotes, etc., (d) vestimenta funcional compuesta de capas y taparrabos de pies y algunos ornamentos”11.

Con el transcurso del tiempo y con la relación establecida entre esta etnia y los representantes occidentales, la forma de vida abruptamente se ha transformado desde la conformación de asentamientos militares, focos de asentamientos qawasqar y personal militar. Así, poco a poco, la situación comienza a transformarse aún más, debido a la intervención educativa, social y económica realizada por el estado chileno, a continuación cito textualmente la página web de la Universidad de Chile, para ejemplificar este hecho:
Durante la década de 1960 se construyó la escuela, y Puerto Edén quedó bajo la jurisdicción de Carabineros de Chile. El Gobierno de ese período hizo entrega de casas al grupo alacalufe, siendo instaladas éstas en el lugar que señalamos antes, abandonando el sitio contiguo al puesto de la FAch. Con posterioridad este edificio fue traspasado a la Empresa de Comercio Agrícola (ECA), que instaló un almacén de expendio de comestibles. Hoy el sitio ha recuperado su carácter de recinto militar, al instalarse allí la Capitanía de Puerto, dependiente de la Armada de Chile”12.
Las viviendas utilizadas por los qawesqar en la actualidad son viviendas occidentales, que ha reemplazado sus antiguas casas de tipo oval, antes descritas.
En la década de los '70, el estado otorgó viviendas sociales a los qawasqar, casas que evidentemente no les servirían debido a las diferencias culturales. Clairis fue uno de los críticos de la entrega de viviendas occidentales a los qawasqar, en el afán del estado chileno de “sacar de la miseria” a los integrantes de esta etnia. “Las casas otorgadas a los kawésqar se situaron en una aparente ordenación lineal paralela a la costa, sostenidas sobre postes de madera para obtener nivelación de piso y aislación de la superficie húmeda del terreno. Algunas de estas viviendas se quemaron, dado el material altamente combustible de que estaban fabricadas y por la falta de hábito de residir en ellas por parte de los usuarios, a lo que hay que agregar, además, la utilización de cocinas a leña e iluminación de velas. Ante esta emergencia los ocupantes solían instalarse temporalmente con otras familias, o bien construían chozas en el mismo emplazamiento, semejantes a las de los antiguos tiempos, pero sin contar ahora con los materiales ni las condiciones del terreno adecuadas”.13

Citando textualmente un texto aparecido en la página de la Universidad de Chile, para explicitar la situación actual de los descendientes qawasqar:

El pueblo kawésqar sobrevive a duras penas en Puerto Edén; sobre la base de sus mitos enterrados forzosamente, se les impone una cultura que se agrega a la de ellos en una conjunción que sobresalta por su incógnita: un pueblo de pescadores, hábiles conocedores del mar, de sus productos nutritivos, de sus elementos de trabajo, conservan un código de miles de significaciones que revelan certezas y habilidades que nosotros no tenemos ni nunca tendremos. Su lenguaje y su modo de vida han sido poco estudiados, y los aportes hechos hasta ahora, poco difundidos. Ello equivale en cierto modo a un paradójico destierro; se los conserva, pero se los olvida. Sin embargo, llama la atención que sean países extranjeros, Europa y más tarde Estados Unidos, los más interesados en una realidad cuya virginidad y frescura, cuya falta de sofisticación la destina a ser borrada del mapa, sin conocer de qué modo se organizan las leyes vitales que informan estos códigos, y cómo viven -más bien sobreviven- los "nómades del mar", como los llamara Emperaire.
Los indígenas cuentan sus relatos, resuenan en ellos voces ancestrales, testimonios desdibujados de una historia y una cultura que se extingue, persistiendo en el recuerdo la arquitectura mental que la sostuvo y que fue su soporte”.14


LAS CEREMONIAS DE INICIACIÓN A LA PUBERTAD EN LA CULTURA YAGÁN Y LO QUE SIGNIFICA SU PÉRDIDA PARA LAS GENERACIONES ACTUALES.

Las culturas fueguinas fueron el resultado de una admirable adaptación del ser humano a condiciones ambientales y psicológicas muy hostiles al desarrollo de vida humana. Pues, pese a la belleza de los paisajes del sur, del actual territorio chileno, la realidad climática es abrumadora: llueve todo el año superando los cuatro mil milímetros de agua caída y el frío austral congela territorios enteros.
Los yaganes son el pueblo originario más austral del mundo, habitaron los canales del extremo sur de nuestro país, bordearon la Tierra del Fuego, entre lo que actualmente son Chile y Argentina. Por tanto, su respuesta a las condiciones ambientales, es decir, su cultura, es un patrimonio para el mundo humano, las enseñanzas, la forma de vida, las concepciones del mundo y sus sistemas económico y social que se puedan estudiar en la actualidad in situ y a través de las fuentes que antropólogos y estudiosos nos han legado es fundamental para aprender de su cultura.
Para la educación formal actual es de sustancial importancia comenzar a revalorizar el aporte cultural que las etnias que se encuentran en el actual territorio chileno nos pueden entregar, pues los integrantes de esas comunidades desarrollan (desarrollaban) su vida social, económica y política, tal cual como lo desarrollamos nosotros, con considerables diferencias valóricas y culturales, pero a través de un sistema ordenado, legítimo y practicable, que es necesario conocer para poder valorarlo, tanto por la población adulta de nuestro país, como por los niños y jóvenes; y más aún por los integrantes mismos de los pueblos originarios.
Entre los elementos rescatables para el ámbito de la educación, es fundamental que los educadores aprendamos sobre las estrategias y metodologías que los indígenas ocupaban y ocupan para hacer fluir el conocimiento y crear-recrear su cultura en las nuevas generaciones. Por ejemplo: el desarrollo de la oralidad, del respeto por los ancianos, el aprender haciendo, entre otros innumerables.

Es así, como llegamos a las ceremonias Yagánes de tránsito de la niñez a la adultez o de iniciación de la pubertad. Entre las fuentes para estudiar esta temática, la más destacada es “Expedición a Tierra del Fuego” del Padre Gusinde, misionero que vivió con los yaganes con la finalidad de estudiar su cultura. Él señala que existen dos ceremonias de iniciación en este pueblo: el ĉeaxous y la kina.

Grebe señala que a pesar de que la familia yagán, específicamente los padres, realizaban numerosos esfuerzos para entregar una buena educación a sus hijos, acorde a sus necesidades sociales y culturales, el grupo humano, es decir, la etnia, desarrolló estas ceremonias o ritos de iniciación para complementar el trabajo realizado por la familia, para perpetuar las enseñanzas de generación en generación15. Por tanto, éstas tenían la finalidad de “dar un hombre bueno y útil para la tribu”, además, de “formar el carácter y las costumbres como así mismo el aprendizaje de todas las técnicas para enfrentar a la naturaleza”16.
Ambas tenían sustanciales diferencias, pues al ĉeaxous debían asistir obligatoriamente niños y niñas, en cambio al kina sólo lo hacían los jóvenes, que ya habían asistido dos veces antes al ĉeaxous. Por tanto, evidentemente, tenían finalidades particulares distintas.
Para exponer el desarrollo de ĉeaxous citaré textualmente el texto del Padre Gusinde:

Tienen por objeto una enseñanza práctica y una instrucción de carácter moral de la vida. Están destinadas a niños y niñas que ha llegado a la edad de la pubertad y son obligados a asistir a ellas. A los jóvenes se les instruye de preferencia en el manejo de las armas, en la pesca y en la caza de lobos, aves y guanacos, y a las niñas se les enseñan las obligaciones de la mujer. Les revelan, además, ciertos secretos y tradiciones antiguas de la tribu, que los jóvenes deben guardar escrupulosamente en su memoria para transmitirlas, a su turno, a sus futuros descendientes. Esta reunión, que tiene carácter de un colegio, dura varias semanas. De día se entregan a diversos juegos y entretenciones. Día y noche cantan sus himnos favoritos y se divierten bailando. En los intervalos los ancianos cuentan las tradiciones de la tribu. Mientras dura la instrucción los jóvenes son sometidos a duras pruebas de ayuno y trabajo y a un régimen muy severo.”17

De este párrafo se subentiende que el ĉeaxous es una ceremonia destinada a que los integrantes de la etnia yagán concreten aprendizajes que ha ido desarrollando a través de su vida en familia. Conocimientos que les servirán para enfrentar la vida en el ambiente hostil que se describía con anterioridad. Además, perpetúa estos conocimientos pues los jóvenes deben aprenderlos para poder transmitirlos a las generaciones que vendrán, por tanto, es un elemento de autoconservación cultural.

Para exponer el desarrollo del kina, también citaré textualmente a Gusinde:

Este año se me ofreció la oportunidad de ampliar y profundizar las observaciones anteriormente recogidas acerca del kina, y no me parece demás anotar, a continuación, lo más esencial de esa ceremonia.
En épocas determinadas y en un lugar bien retirado, construyen un espacio rancho de forma cónica, donde solemnemente los hombres reúnen, para renovar esas prácticas, con las que se persigue atemorizar a las mujeres y mantenerlas bajo su dominio. La mitología cuenta que en un tiempo muy remoto, las mujeres gobernaban y practicaban los mismos juegos y apariciones de espíritus para tener subyugados a los hombres. Un día, el Sol, que era un cazador excelente en aquel entonces, descubrió este engaño; avisó de ello a los hombres enseguida, quienes conspiraron luego contra las mujeres, matándolas a todas, a excepción de las niñas muy pequeñas. Desde esa época, los hombres se apoderaron de estas ceremonias, vigilando muy de cerca, a fin de que las mujeres no vuelvan jamás a quitarles el poder y el gobierno.
En el rancho de kina los hombres se pintan todo el cuerpo de diferentes maneras y se colocan varias clases de máscaras. Luego abandonan el rancho bailando, haciéndoles creer a las mujeres que son “espíritus” que salen del interior de la tierra o descienden del cielo para castigar a las mujeres desobedientes y flojas: éstas creen en el engaño, aquellos gozan satisfechos del éxito obtenido.”18


Según Gusinde, la principal finalidad de esta fiesta es perpetuar la superioridad del hombre sobre la mujer, es decir, a través de esta especie de escuela, los más adultos enseñan a los más jóvenes los medios para dominar a las mujeres, para que ellas sean sumisas y se sometan a la voluntad de los hombres y no vuelvan a dominarlos nunca19.

Ambas ceremonias podían ser presenciadas sólo por yaganes, y por personas extranjeras que inspiraran una completa confianza en los indígenas y Gusinde señaló que éstas habían sido enseñadas por los Onas o Selknam a los yaganes en un contacto intercultural, ya que son iguales a las que celebraban estos indígenas con el nombre de klokétem.

La pérdida cultural que significa el abandono de estas ceremonias es incalculable, pues es a través de ellas que se concretaban algunos conocimientos significativos para la continuidad de su cultura étnica. Por tanto, se puede inferir de que ésta es una de las causas de que lentamente las culturas fueguinas, exclusivamente, los yagán hayan ido paulatinamente extinguiéndose.

NOTAS:

2 Ídem.
3 Ídem.
4 Ídem.
5 Material Instruccional, Curso Lenguas y Culturas Vernáculas mapuche y fueguinas”, Pág. 110
6 Ídem.
7 GREBE, María Ester, Culturas Indígenas de Chile, Pág. 66
8 Material Instruccional, Curso Lenguas y Culturas Vernáculas mapuche y fueguinas”, Pág. 76
9 Ídem.
10 GREBE, María Ester, Culturas Indígenas de Chile, Pág. 70
11 Ídem.
13 Ídem.
14 Ídem.
15 Material Instruccional, Curso Lenguas y Culturas Vernáculas mapuche y fueguinas”, Pág. 116
16 Ídem.
18 Ídem.
19 Ídem.